Hiciste apología del amor
Y nadie te entendió
Acopio de fuerzas
Y de nada sirvió
Te vestiste de persona
Y a todos confundiste
Levantaste la cortina de humo
Y el pueblo no lo vio
Sangraste las tripas sin filtro
Y el rey ni aplaudió
Miraste a la muerte a los ojos
Y esta se asustó
Qué más he de hacer
Gritaste a los señores de la razón
Qué más
Qué más
Para ser uno de ellos
Para volver a sentir
El amargo dulzor
Del certero vivir
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