Wednesday 31 January 2018

Olor a vida

Playas, cocos, ron, bailes, música, putas, locos, resignados, calles, plazas y un ardor por vivir que se adueña de tus órganos. Viajas con un espíritu famélico y lo devuelves henchido de entusiasmo.
Escalar cocoteros, conocer lugareños, poseer demonios y aprendices, recorrer calles y bares de épocas pretéritas, encontrar a Pedro Juan.... Todo eso ayudó sobremanera en el proceso de rehabilitación espiritual.
Allí estaban los timadores y buscavidas, las mujeres cargadas de peligros capaces de nublar la razón en un respiro, las guitarras infectas , los desagües obstruidos, la gente alegre, la gente humilde e incluso la gente honesta. Allí estaba la vida, en su más pura expresión. Sin adulterar, sin sucedáneos sibilinos.

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