Tuesday 3 December 2019

Nuevo mundo

La caída se eterniza, de tal manera que la oscuridad y yo somos ya una misma cosa; se ha adueñado de todo mi ser, no soy más que una nada en movimiento descendente. Si este es el célebre viaje al más allá, hace honor a todos los temores que suscita. La consciencia empieza a languidecer. Debo estar ya en el umbral…
Tras golpearme contra las paredes por enésima vez, un choque abrupto acaba con mis fantasías mortuorias. Es de tal violencia, que me fuerza a salir del estupor semicomatoso en el que estaba inducida, y la más sobria consciencia me golpea a su vez: mi situación actual, atrapada en un pozo a decenas de metros del exterior, se aleja mucho de mi idea de un domingo tranquilo en el parque.
Una angustia cerval me domina, lo que, unido al festín de músculos maltrechos y huesos rotos, conforma un triángulo poco halagüeño. Contra todo pronóstico, consigo mover mis extremidades. Empiezo a explorar la pared en busca de una roca piadosa que me ayude a levantarme. Me adhiero a la primera que logro alcanzar, y, guiada por el recuerdo de las historias fantásticas que devoraba desde niña, la empujo con saña, embriagada por la vana ilusión de que ceda y me abra las puertas de un mundo nuevo, un mundo de colores vivos que haga de salvoconducto para huir de esta celda de negritud.

 Ante mi total estupefacción, una de mis embestidas hace mover la roca, y por la grieta resultante un haz de luz me ciega. Una vez mis ojos se adaptan al brusco cambio lumínico, percibo que detrás de la roca ocurren cosas; la vida ha vuelto. ¿Será este ese mundo que tanto anhelaba?
Me adentro a duras penas por el hueco providencial. Lo primero que veo son unas curiosas construcciones triangulares de una simetría inhumana, similares a las pirámides. También hay esculturas monumentales, montañas inabarcables para el ojo humano, un río enorme y animales de toda índole vagando con total pasividad. Y el sol, mi añorado astro rey, pletórico como pocas veces lo había visto. No salgo de mi asombro; ¿me encuentro en el paraíso, en el limbo o en el baúl de las maravillas del que se nutre el mundo ordinario?
Buscaré un refugio, me asentaré, conoceré a todas las formas de vida que habiten aquí. Creo que este puede ser el lugar del que tanto se ha escrito.

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